¿Amenazan los trabajadores inmigrantes los empleos de los ciudadanos estadounidenses?

Ha sido una narrativa persistente sugerir que los trabajadores inmigrantes están “robando” puestos de trabajo a los ciudadanos nacidos en Estados Unidos. Pero, ¿qué tan precisa es realmente esta afirmación?

Al desentrañar la complejidad de la economía, surge una imagen mucho más matizada. Por un lado, es cierto que los inmigrantes suelen ocupar posiciones laborales que los trabajadores locales desestiman debido a las duras condiciones, bajos salarios o falta de estatus. Sectores como la agricultura, construcción, servicios de limpieza y hostelería confían en gran medida en esta mano de obra foránea.

Un estudio del American Enterprise Institute incluso reveló que los inmigrantes complementan más que desplazan a los trabajadores nativos. Al llenar vacantes en roles con habilidades diferentes, impulsan la demanda de bienes y servicios, generando efectivamente más empleo en lugar de restar.

No obstante, no podemos ignorar que en ciertas profesiones y campos existe una competencia más acérrima entre inmigrantes y no inmigrantes con habilidades similares. Pero culpar exclusivamente a los trabajadores inmigrantes por este fenómeno es una simplificación excesiva.

La deslocalización de empleos, la automatización y las recesiones económicas también juegan un papel crucial.

Quizás sea el momento de abandonar la visión estrecha que considera a los inmigrantes como una amenaza.

En cambio, podríamos reconocer su contribución al crecimiento económico general y adoptar políticas proinmigración más inteligentes. Además, una mejora en la educación de la fuerza laboral local podría ser fundamental para garantizar que todos, independientemente de su origen, tengan oportunidades para prosperar.

En última instancia, la economía no es un juego de suma cero. La inclusión de trabajadores talentosos y dedicados, sin importar su procedencia, tiene el potencial de enriquecer a nuestra sociedad en su conjunto, en lugar de simplemente desplazar empleos.